En este
capítulo vamos a estar viendo un tema muy importante para nosotros. Las
prioridades. A veces corremos detrás de las urgencias, viviendo en la tiranía
de lo urgente, o hacemos lo primero que nos viene a la mano, pero en realidad
debemos vivir según prioridades. Es por eso, que en el Padrenuestro, Jesús nos
enseña a orar por nuestras prioridades al decir: Venga tu reino. Hágase tu voluntad en el cielo como en la tierra.
Dios
tiene un propósito para cada uno de nosotros, y eso es lo que debemos pedir en
oración. Venga tu reino. Hágase tu voluntad. Son dos expresiones en presente,
dos afirmaciones y declaraciones que se deben hacer parte de nuestra vida. Muchas
veces utilizamos oraciones con suplicas débiles, “Dios ayúdame”, pero es hora
de declarar con valor Venga Tu Reino, Hágase tu voluntad. Afirmémonos en las
promesas de Dios para nuestra vida, y no dejemos que los intentos de Satanás
por destruirnos impidan que el propósito de Dios se cumpla en nosotros. Para
esto debemos dejar que las prioridades de Dios se establezcan en nuestra vida. Jesús
lo expreso claramente cuando dijo "Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mt 6:33).
Debemos dejar de preocuparnos por las cosas urgentes y que día a día nos
producen ansiedad, y debemos considerar como absoluta prioridad la voluntad de
Dios en nosotros. A medida que vayamos orando por esto y buscando la guía de
Dios, Él empezará a reorganizar nuestras prioridades y nuestra vida. Iremos
obteniendo una correcta administración del tiempo.
Hay
cuatro aéreas por las cuales debemos orar para que el reino de Dios se
establezca y se haga su voluntad.
Usted mismo
Debemos
comenzar con nosotros. A menos que nosotros estemos bien con Dios, nuestra
oración por los demás no tendrá ningún resultado. Stg 5.16 dice que “… la
oración eficaz del justo puede mucho”.
Debemos
orar que el reino de Dios (su justicia, gozo y paz) se establezcan en nuestra
vida y que la voluntad de Dios se realice cada día por el poder de Espíritu
Santo.
Invitemos
a Jesús a tomar el trono de nuestro corazón, que reine en nuestra vida y que
nos enseñe cada día a poder administrar correctamente cada aspecto de nuestra
vida. Oremos por cada tema con el que deberemos enfrentarnos en el día.
Que el Espíritu
Santo nos llene de su poder, de sabiduría y gracia para poder vivir cada día en
Su voluntad.
Es una
buena decisión orar y organizar la agenda para ese día con Dios, y que Su Espíritu
nos guie en todo lo que vayamos a hacer.
Este
primer paso, como dije, es sumamente importante, porque si Jesús no es el Señor
en nuestra vida, sobre el resto de las aéreas tampoco lo será. Dejemos que El
haga su voluntad en nuestras vidas.
Su familia
Así
como hemos orado por nosotros, debemos orar por nuestra familia. Por cada
miembro en particular (esposa, hijos, padres, hermanos). Declaremos que el
reino de Dios venga sobre cada familiar y que Su voluntad sea hecha en ellos.
Hagamos peticiones especificas sobre cada uno, e incluso no tomemos esto como
una rutina, porque si Dios nos guía a orar un poco mas por determinada persona,
seamos sensibles al Espíritu Santo de Dios que nos irá guiando y enseñando como
orar. Que no sean solamente oraciones de formulas repetitivas.
Recordemos
que nuestras familias, son nuestra mayor prioridad y deben tener precedencia en
nuestras vidas. Ya que muchos, tratan de ganar el mundo para Dios, pero
terminan perdiendo a su familia. Oremos para que en nuestras familias la
voluntad de Dios sea hecha.
Su iglesia
Nuestra
tercera prioridad o área por la cual debemos orar que el reino de Dios se
establezca es nuestra iglesia. Debemos orar por:
Pastor. Debemos pedirle a Dios
que lo unja, lo llene de Su espíritu, de los dones y que le de dirección. Que
siempre tenga corazón de pastor para ayudar a las ovejas y sabiduría al
estudiar la Palabra.
Los líderes. Debemos
orar por ellos, uno a uno, dejando que el Espíritu Santo nos guie sobre que
orar, a veces hasta nos mostrará necesidades especificas. Oremos por cada área
de la iglesia, para que crezcan sanamente. Fidelidad.
Oremos pidiendo que las personas de la iglesia sean fieles a sus familias, a la
visión que Dios ha dado a su iglesia, a Jesús. Que produzcan frutos ganando
almas e intercediendo por otros. Que sean fíeles en la entrega de sus diezmos y
ofrendas, y que sirvan a Dios como él merece ser servido.
Cosecha. Oremos para que Dios envíe las personas que
vayan a ser salvas. Que nos de las estrategias para hablar a los perdidos, a
los distintos grupos dentro de la sociedad. Que el Señor ponga palabra justa en
nuestra boca para tocar los corazones de los inconversos. Que el poder de Dios
se revele para mostrar la verdad de Su palabra. Hay una promesa de parte de
Dios para nosotros y se encuentra en Is 43:5-7. Apropiémonos de esta promesa y hagámosla
nuestra.
Su país
La cuarta prioridad es nuestro país. Oremos para que nuestros
gobernantes tengan sabiduría de Dios para tomar decisiones. Oremos siempre de
manera específica nombrando alcaldes, gobernadores, presidentes, etc. Aún por
nuestros líderes espirituales. Oremos por la paz del país, por un avivamiento
espiritual nacional.
El
Señor también nos ordena orar por la paz de Jerusalén (Salmo 122:6), de manera
que debemos orar por el éxito de la nación de Israel.
Incluso
Dios puede poner en nuestro corazón orar por otra nación del mundo. Permita que
Dios amplíe los límites de su oración.
Tal vez,
ahora nos preguntamos: ¿Cómo hago para orar solamente una hora por todo esto? Y
eso que recién vamos en el segundo punto. Vemos que orar una hora no es tan
difícil como parece, ¿cierto?
El
problema era que no sabíamos que decir o por que orar, y a los diez minutos,
con suerte, se nos acababan las palabras. Por eso Jesús nos dejo este bosquejo
de oración para que lo sigamos.
Si en
algún momento se le agota el tiempo para orar, y no ha podido terminar, puede
interrumpir su oración y luego continuar desde donde dejo, en cualquier otra
oportunidad que tenga durante el día. Que nuestra vida se vuelva una vida de
oración.
El
siguiente bosquejo es para anexarlo al de la semana pasada.
Haga
una declaración de fe: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad" sobre las
cuatro aéreas principales.
1.
Usted mismo
1.1.
Asegúrese de estar en buenas relaciones con Dios.
1.2.
Pídale a Jesús que ocupe el trono de su vida y
gobierne en cada esfera.
1.3.
Permanezca delante del Señor hasta que el curso del
día quede establecido, y el Espíritu de Dios esté activo dentro de usted.
1.4.
Que Dios ordene sus prioridades
2.
Su familia
2.1.
Su cónyuge
2.2.
Sus hijos
2.3.
Padres
2.4.
Hermanos
2.5.
Otros miembros de la familia
3.
Su iglesia
3.1.
Su pastor
3.2.
Los líderes de la iglesia
3.3.
La fidelidad en las personas
3.4.
La cosecha
4.
Su país
4.1.
Los líderes políticos de la ciudad, del estado, del
país
4.2.
Los líderes espirituales
4.3.
El avivamiento
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