Atención recluta. Firme. Dije: ¡Fiiiirmeeee!.
Si, bien sentado, derecho, no, no, saque la mano de la nariz soldado. Si, así,
muy bien. Vamos comenzar con la lección
de hoy.
Nuestro Supremo Comandante nos ha dado
explicitas indicaciones de cómo llevar a cabo la misión que nos hemos propuesto
realizar. Revolución, trastornar a esta sociedad corrupta por medio de un arma
muy poderosa, tan poderosa es que puede transformar personas, familias,
ciudades hasta países y hasta el mismo mundo. Pero no solo vamos a inquietar,
sino que también vamos a traer esperanza, esperanza como el dinero, el poder o
la política no pueden ofrecer. Esta es nuestra misión, Misión Esperanza. Y todo
esto es lo que nos provee la oración.
Veamos la primera indicación en sus propias
palabras: “… tu, cuando ores, entra en tu
aposento, y cuando hayas cerrado la
puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo
secreto, te recompensará.” Mt 6.6
Cuando ores: Para un buen entrenamiento, es
necesario disponer de un tiempo, y la palabra CUANDO, nos está indicando que
debemos tener el hábito de orar, no dice SI oras, sino CUANDO, mostrando que
hay una constancia, una repetición del hecho, y algo que se da por entendido
que se ora. Por eso, nosotros debemos buscar el CUANDO, cuando vamos a orar,
separar un tiempo para diariamente hablar con nuestro Padre en lo secreto.
Puede ser en la mañana, al mediodía, en la noche, no importa cuando, sino que
todos los días sea a la misma hora. Claro que preferentemente es bueno poder
dedicarle la primera hora del día al Señor para poder organizar nuestro día con
Él. Y en los Salmos se habla de orar de mañana, pero eso es elección de cada
uno. Una acción valiente sería, por ejemplo, levantarse un rato antes
exclusivamente para orar o quedarse despierto un rato más tarde.
Tu Aposento: como guerreros es importante que
tengamos nuestro campo de entrenamiento, un lugar donde ejercitarnos, donde
practicar y perfeccionar el uso de la oración. En la historia podemos ver
varios ejemplos; como los samuráis practicaban con su espada durante horas para
ser los mejores espadachines; como aun hoy los ejércitos tienen sus lugares
donde perfeccionar la puntería, donde practicar con determinadas armas y
mejorar su uso. Igualmente nosotros debemos perfeccionarnos en este arte, y
para eso necesitamos un lugar, un aposento,
un cuarto, o hasta incluso puede ser una silla, en la cama, pero lo
importante es que sea el mismo lugar siempre, donde podamos entrenarnos y orar.
Dentro de lo posible tenemos que tener privacidad, a puertas cerradas, o en un
momento que no haya nadie. Para no ser interrumpidos, para no ser molestados o
desconcentrados con ruidos externos, con llamadas o con cualquier otra cosa que
distraiga nuestra atención.
Plus: Les recomiendo para poder cumplir
con este ejercicio, poder tener un cuaderno, agenda, hasta un Excel, u otro que
quieran para anotar fecha y hora de inicio y de fin del entrenamiento, para
llevar un registro diario, a modo de diario de oración. Porque no solo lo
utilizaremos para los tiempos sino también para otras cosas que más adelante
les estaré contando.
Muy bien soldado, hasta aquí llegamos con la
lección de hoy, solo nos falta definir la tarea para la semana que será:
Ø Estudiar Dn 6.1-28 Identifique el
entrenamiento de Daniel y los resultados del mismo.
Ø Elegir el lugar y la hora en que
vamos a entrenar.
Ø Conseguir el diario de oración.
Ø Ejercicio grupal: domingo a las
09:00 am. Sábado 06:30 pm, miércoles 06:00 pm