domingo, 28 de diciembre de 2008

El sembrador Mr 4.3-9; 4.14-20

Esta es la primera parábola que Jesús enseña en el capitulo 4.
Veamos un poquito de que trata. En los versículos 3 al 9 se cuenta la parábola y desde al 14 al 20 Jesús explica su significado.

En primer lugar tenemos al sembrador, el cual en una primera vista, pareciera ser un descuidado ya que echa las semillas sin mirar donde es. Pero es precisamente este el mensaje de Jesucristo para nosotros. Pablo le dijo a Timoteo “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;” 2 Ti 4.2 No es nuestra misión reconocer la tierra ni elegir donde tirar las semillas. Debemos sembrar, dar la palabra de Dios en cualquier oportunidad que tengamos, sea o no el tiempo y las circunstancias.

Luego tenemos los distintos tipos de tierra en donde la Palabra llega:

1. Junto al camino:
Estas son las personas que luego que oyen el mensaje, viene Satanás y les arrebata la Palabra de sus corazones. Estas personas tienen endurecido su corazón para escuchar lo que Dios quiere decirles, y por eso la semilla no entra en sus corazones y puede venir el enemigo a robarla. Lamentablemente para que estas personas acepten el mensaje del evangelio, primeramente deben pasarle el rastrillo de las aflicciones y pruebas para que puedan romper las durezas en sus corazones.

2. Entre pedregales: Son aquellos que después de escuchar la palabra de Dios, tropiezan al venir la tribulación o la persecución. Estos, a diferencia de los de junto al camino, si reciben la palabra, y hasta crecen un poco, pero al venir las pruebas, simbolizadas por las piedras, se apartan. Lo destacable es que crecen rápido pero no tienen raíz. Estas personas seguramente vayan y asistan a una iglesia, e inclusive puede ser que alguno de ellos este sirviendo en la iglesia al ver los lideres el crecimiento. Pero no tienen raíz, no conocen la palabra de Dios, después de la conversión han crecido rápidamente en la iglesia, pero no en su relación con Dios, estas personas necesitan que las discipulen, les enseñen la Biblia, promesas y verdades acerca de Dios, para que al venir el tiempo de las tribulaciones puedan tener raíz, sufrir pero no tropezar y perderse.

3. Entre espinos: Son los que después de haber escuchado el mensaje de Dios, y empezar a crecer, las cosas de este mundo los cautivan, dejando de mirar a Jesús, el autor y perfeccionador de la fe, y comienzan a mirar a las riquezas, a los deseos de su carne y a los afanes del mundo. Estos, al igual que los que crecen entre pedregales, son personas que asisten a la iglesia y que comienzan a crecer en los caminos de Dios, pero al tiempo de dar frutos se separan del camino para buscar las cosas que da el mundo. Estos necesitan de personas maduras, que les enseñen acerca de Dios, de su inmutabilidad y las bendiciones de caminar en su presencia, y lo fútil, pasajero y vano que son las cosas que el mundo, el diablo o la carne nos ofrecen.

4. Buena tierra: A diferencia de las anteriores esta es a la que debemos llegar. Son aquellos que escuchan la Palabra de Dios, crecen y a su tiempo dan fruto. Gracias a Dios por estas personas que tienen su corazón moldeable y listo para ser usados por El, listos para recibir lo que nuestro Señor tiene que decirle, obedecerle con humildad y dar fruto para su gloria. Hoy más que nunca se necesitan de estos hermanos maduros, con el fruto del Espíritu Santo para que puedan ayudar, discipular y animar a los hermanos que están entre espinos o entre pedregales. Para que no tropiecen y caigan en la condenación del infierno.

¿Y ahora tú donde estas?

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