Principios
de comunicación empática
El corazón tiene sus razones que la razón no comprende.
PASCAL
Supone que tenes problemas en la vista y que decidis
visitar a un oculista. Después de escuchar brevemente tu queja, el oculista se
saca las gafas y te las entrega.
—Póngase éstas —te dice—. Yo he usado este par de gafas
durante diez años y realmente me han sido muy útiles. Tengo otro par en casa;
quédese usted con éste.
Te las pone, con lo cual tu problema se agrava.
— ¡Esto es terrible! —exclamas—. ¡No veo nada!
— ¿Por qué no le sirven? A mí me han dado un resultado
excelente. Ponga algo más de empeño.
—Lo pongo. Pero lo veo todo borroso.
—Bueno, ¿qué pasa con usted? Piense positivamente.
—Positivamente no veo nada.
— ¡Vaya ingratitud! — te increpa el oculista—. Después de
todo, ¡lo único que pretendía era ayudarle!
¿Qué probabilidad existe de que vuelvas a ese oculista la
próxima vez que necesites ayuda? Creo que no muchas. No se puede confiar en
alguien que no diagnostica antes de prescribir.
Pero, en la comunicación, ¿con cuánta frecuencia
diagnosticamos antes de prescribir?
—Vamos, hijo, dime qué te pasa. Sé que es difícil, pero
trataré de entenderlo.
—Oh, no lo sé, mamá. Vas a pensar que es algo estúpido.
— ¡Por supuesto que no! Puedes contármelo. Nadie se
preocupa por ti tanto como yo. Sólo me interesa que estés bien. ¿Qué te hace
sentir tan desdichado?
—Oh, no lo sé.
—Vamos, hijo, ¿de qué se trata?
—Bueno, para decirte la verdad, ya no me gusta la
escuela.
— ¿Qué? —Pregunta el padre con incredulidad—. ¿Qué
quieres decir con que no te gusta la escuela?
¡Después de todos los sacrificios que hemos hecho por tu
educación! La educación es la base de tu futuro. Si fueras tan aplicado como tu
hermana mayor, te iría mejor y te gustaría la escuela. Una y otra vez te hemos
dicho que sientes cabeza. Eres capaz; simplemente no eres aplicado. Esfuérzate.
Adopta una actitud positiva.
Pausa.
—Continúa. Dime por qué te sientes así.
Tenemos tendencia a precipitarnos, a arreglar las cosas
con un buen consejo. Pero a menudo no nos tomamos el tiempo necesario para
diagnosticar, para empezar a comprender profunda y realmente el problema.
Si yo tuviera que resumir en una sola frase el principio
más importante que he aprendido en el campo de las relaciones interpersonales,
diría lo siguiente: procure primero comprender, y después ser comprendido. Este
principio es la clave de la comunicación interpersonal efectiva.
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