martes, 7 de febrero de 2012

Misión Esperanza: Carrera de obstáculos


Soldados, como ustedes sabrán estamos empezando nuestra misión, solo para valientes y gente arriesgada. Una misión revolucionaria. Nos estamos convirtiendo en guerreros de oración, para poder llevar a cabo con nuestras tareas.
Bueno, como en toda preparación, como la nuestra, hay obstáculos que vencer, y es necesario que desde ahora empecemos a tener conciencia de ellos para que podamos superarlos.

Sin Palabras: uno de los obstáculos más comunes en la oración, es que no sabemos qué decir. Podemos hablar con un amigo/a y pasar horas charlando, contando, comentando, ya sea por teléfono, personalmente o aun hasta por chat. Pero cuando tenemos que hablar con Dios, decimos unas palabras y ya no sabemos qué decir, ya no se nos ocurre nada más que decirle a nuestro Dios, nuestro Padre y Amigo. Si alguna vez te ha pasado esto, déjame decirte que no sos el único, y en las próximas semanas estaremos hablando mucho más sobre este tema, hasta que nos demos cuenta que una hora de oración, si, si, leíste bien, una hora de oración no te va a alcanzar para decirle todo lo que le hay en tu corazón a Dios. Y no quiero oír quejas, que no tengo tiempo, que me mantengo muy ocupado, ni nada por el estilo. Susana Wesley, con diecinueve hijos, y sin muchas de las cosas que hay hoy, como  supermercados, escuelas primarias, centros comerciales, comidas rápidas, lavadoras, secadoras, bueno, creo que se hicieron una idea. Ella todos los días tenía una hora para hablar con Dios, a la una de la tarde, se encerraba en su habitación, se arrodillaba con su Biblia y oraba ¿Cómo le podrías explicar que no tenes tiempo para orar?

Interrupciones: El celular, las redes sociales, las visitas y hasta cualquier ruido en las calles pueden terminar por convertirse en terribles enemigos de todos aquellos que quieran establecer una disciplina de oración. Por ese debemos elegir un horario, un lugar donde no seamos interrumpidos por nada ni nadie. Un lugar donde podamos vencer a este adversario que intentará obstaculizar nuestro tiempo de oración.

Pereza: si cada vez que te pones a orar, descubrís que el sueño empieza a ganar terreno en tu cuerpo, que te empezas a cabecear, aquí una sugerencia. En vez de orar sentado o arrodillado, ¿Por qué no pararse y caminar por la habitación? Hacer que la sangre circule, no simplemente estar quieto sin hacer nada, sino caminar, dar vueltas alrededor de un cuarto, y a medida que se va recorriendo el “sendero”, te irás acostumbrando y podrás concentrarte exclusivamente en la oración y derrotar el enemigo de la pereza.

Distracciones mentales: Otra de los obstáculos más comunes de los que están comenzando a orar, son las distracciones mentales. Divagamos, dejamos volar nuestros pensamientos y por lo tanto, mientras intentamos orar, tenemos dificultad para concentrarnos en lo que estamos orando. Para esto hay una solución muy sencilla, dejar de orar con los pensamientos y empezar a orar en voz alta. Claro no tiene que ser gritando ni nada de eso, pero si en voz audible, para concentrar la mente en lo que estamos haciendo.

A medida que vayamos derrotando estos obstáculos, la falta de palabra, las interrupciones, la pereza y las distracciones, nuestra oración, dejara de ser una carga para convertirse en un hermoso momento, y el ahora deseo de orar, se transformara en una disciplina de oración.




Tarea:
Descubrir cuáles de estos obstáculos nos impiden orar o disfrutar de la oración, y seguir las recomendaciones para vencerlo.
Empezar a registrar en el diario cada tiempo de oración que tengamos.
Entrenamiento grupal: miércoles 6:00 pm, sábados 6:30 pm, domingos 9:00 am

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