jueves, 16 de octubre de 2008

Mr 12.36“…el mismo David dijo por el Espíritu Santo:”

Mr 12.35-36 “Enseñando Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies.”
Después de que los fariseos, herodianos, saduceos y escribas interrogaron a Jesús sobre los tributos, la resurrección y los mandamientos, es cuando él hace esta pregunta.
Si bien es cierto que en este pasaje Jesús no está hablando ni enseñando sobre el Espíritu Santo, ¿podemos aprender algo sobre él?
Lo primero que observamos es que el Espíritu Santo guió a David al escribir el salmo. Esto nos indica que la Biblia fue inspirada por Dios, que el Espíritu Santo fue el que, a través de hombres como David, escribió los libros de la Biblia. Por lo que dice Jesús no fue David por su sabiduría o conocimiento el que dijo estas cosas, sino que estaba siendo usado por Dios para transmitirnos Su Palabra. Esto es solamente un ejemplo de lo que la Biblia dice de si misma en 2 Ti 3.16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios,…”
Por otro lado podemos vislumbrar a la Trinidad, ya que tenemos al Espíritu Santo guiando a David que escribe sobre “el Señor” hablando a “mi Señor”. Este versículo que se encuentra en el Sal 110.1
“Jehová dijo a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.”
En este pasaje Jehová, Dios Padre, primera persona de la Trinidad está hablando a “mi Señor”, que es Jesucristo, segunda persona de la Trinidad. Es escrito por David, guiado por el Espíritu Santo, tercera persona de la Trinidad. Por lo que vemos, este pasaje es un ejemplo de que nuestro Dios es tres personas en uno. Un misterio que no llegaremos a entender hasta estar con él en el cielo.

No hay comentarios: