miércoles, 8 de octubre de 2008

Mr 3.29 “... cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón…”

La blasfemia del Espíritu Santo es un tema delicado. Muchos se preguntan como es posible que exista un pecado que no tenga perdón. ¿Es que hay dos clases de pecado? ¿Algunos perdonables y otros imperdonables?
Para poder entender porque Jesús dice esto debemos examinar un poco el contexto y lo que esta sucediendo en los momentos previos a que haga esta declaración.
La gente seguía a Jesús, dondequiera que él iba, dice Mr 3.7-8 “…y le siguió gran multitud de Galilea. Y de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y de Sidón, oyendo cuan grandes cosas hacia, grandes multitudes vinieron a él.” Viendo esto, los fariseos tenían que hacer algo para quitarle popularidad a Jesús o sino su fama y el respeto que el pueblo les tenía se les iba a terminar, así que observando los milagros que él hacia por medio del Espíritu Santo, le dijeron “… que tenia a Beelzebu, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.” Mr 3.22
Es después de esta declaración que Jesús dice “…cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.” Mr 3.29-30
Vemos en este pasaje que los fariseos al decir que Jesus tiene un espíritu inmundo y que por Beelzebu echa fuera los demonios, es entonces cuando él habla sobre la blasfemia contra el Espíritu Santo.
Así que cualquiera que observando la manifestación indiscutible de Dios, como por ejemplo un milagro, y no pueda aceptarlo; antes se rebele y niegue a Dios, incluso atribuyéndosela al demonio, esa persona no tiene perdón, no porque no pueda ser perdonada por Jesús sino porque cerró su corazón para que Dios no pueda obrar en su vida. Es una persona que sistemáticamente rechaza a Dios y se niega a reconocerlo y obedecerlo.
Si la persona endurece su corazón de tal manera que no pueda, o no quiera darse cuenta de la obra de Dios, ¿cómo puede hacer el Espíritu Santo para convencerla de pecado?; recordemos que él es el que “…convencerá al mundo de pecado, de juicio y de justicia.” Jn 16.8
Por lo cual podemos ver que no hay dos clases de pecados, sino que sencillamente el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene perdón porque la persona ha cerrado su corazón y no quiere recibir el don de Dios.

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