1. Identifique una actividad del cuadrante II que usted
sabe que ha descuidado en su vida, una actividad que bien realizada tendrá un
efecto significativo en su vida, personal o profesionalmente. Póngala por
escrito y comprométase a realizarla.
2. Dibuje una matriz de administración del tiempo y trate
de estimar qué porcentaje de su tiempo destina a cada cuadrante. Después
registre su uso del tiempo durante tres días en intervalos de quince minutos.
¿Cuán precisa fue su estimación? ¿Está satisfecho con el modo en que utiliza el
tiempo? ¿Qué necesita para cambiar?
3. Haga una lista de las responsabilidades que podría
delegar y de las personas que podrían hacerse cargo de ellas, o que podrían
adiestrarse para asumirlas. Determine lo necesario para iniciar el proceso de
delegación o adiestramiento.
4. Organice su próxima semana. Empiece por fijar sus
roles y metas para la semana, y después convierta esas metas en un plan de
acción específico. Al final de la semana, evalúe hasta qué punto su plan ha
traducido sus valores y propósitos profundos con respecto a la vida diaria, y
el grado de integridad que ha podido mantener respecto de esos valores y
propósitos.
5. Comprométase a iniciar la organización semanal y
reserve tiempo para hacerlo regularmente.
6. Convierta su herramienta de planificación actual en
una herramienta de cuarta generación, o consiga una de este último tipo.
7. Vuelva a leer («Un día de cuadrante II en la
oficina»), para obtener una comprensión más profunda del efecto del paradigma
del cuadrante II.
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