Los problemas que afrontamos caen en una de tres áreas
posibles: la de control directo (que involucra nuestra propia conducta), la de
control indirecto (que involucra la conducta de otras personas), o la de inexistencia
de control (problemas acerca de los cuales no podemos hacer nada, como los de
nuestras realidades situacionales o pasadas). El enfoque proactivo da el primer
paso hacia la solución de los tres tipos de problemas dentro de nuestro círculo
de influencia presente.
Los problemas de control directo se resuelven trabajando
sobre nuestros hábitos. Están obviamente dentro de nuestro círculo de
influencia. Son las «victorias privadas» de los hábitos 1, 2 y 3.
Los problemas de control indirecto se resuelven cambiando
nuestros métodos de influencia. Son las «victorias públicas» de los hábitos 4,
5 y 6. Se ha identificado más de 30 métodos diferentes de influencia humana,
tan distintos como lo son la empatía de la confrontación o el ejemplo de la
persuasión. La mayoría de las personas tienen en su repertorio sólo tres o
cuatro de estos métodos; por lo general, empiezan por el razonamiento y (si no
les da resultado) pasan a la lucha o la fuga. Resulta sumamente liberador
aceptar la idea de que podemos aprender nuevos métodos de influencia humana, en
lugar de tratar de usar constantemente los antiguos métodos inefectivos para
«poner en orden» a los demás.
Los problemas de la inexistencia de control suponen
asumir la responsabilidad de modificar nuestras actitudes: sonreír, aceptar
auténtica y pacíficamente esos problemas y aprender a vivir con ellos, aunque
no nos gusten. De este modo no les otorgamos el poder de controlarnos.
Compartimos el espíritu de la oración de Alcohólicos Anónimos: «Señor,
concédeme coraje para cambiar las cosas que pueden y deben cambiarse, serenidad
para aceptar las cosas que no pueden cambiarse, y sabiduría para establecer la
diferencia».
Sea que el problema que nos afecta implique control
directo, indirecto o inexistente, está en nuestras manos dar el primer paso
hacia la solución. Dentro de nuestro círculo de influencia están los cambios de
nuestros hábitos, de nuestros métodos de influencia, y del modo en que vemos
las dificultades que no controlamos.
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