Los siete hábitos son hábitos de efectividad. Como se
basan en principios, brindan los máximos beneficios posibles a largo plazo. Se
convierten en las bases del carácter, creando un centro potenciador de mapas
correctos, a partir de los cuales la persona puede resolver problemas con
efectividad, maximizar sus oportunidades y aprender e integrar continuamente
otros principios en una espiral de desarrollo ascendente.
Son también hábitos de efectividad porque se basan en un
paradigma de la efectividad que está en armonía con una ley natural, con un
principio que he denominado «equilibrio P/CP», contra el que muchas personas
chocan. Este principio puede comprenderse fácilmente recordando la fábula de
Esopo acerca de la gallina de los huevos de oro.
Esopo cuenta que un pobre granjero descubrió un día que
su gallina había puesto un reluciente huevo de oro. Primero pensó que debía
tratarse de algún tipo de fraude. Pero cuando iba a deshacerse del huevo, lo
pensó por segunda vez, y se lo llevó para comprobar su valor.
¡El huevo era de oro puro! El granjero no podía creer en
su buena suerte. Más incrédulo aún se sintió al repetirse la experiencia. Día
tras día, se despertaba y corría hacia su gallina para encontrar otro huevo de
oro.
Llegó a ser fabulosamente rico; todo parecía demasiado
bonito como para que fuera cierto.
Pero, junto con su creciente riqueza llegaron la
impaciencia y la codicia. Incapaz de esperar día tras día los huevos de oro, el
granjero decidió matar a la gallina para obtenerlos todos de una vez. Pero al
abrir el ave, la encontró vacía. Allí no había huevos de oro, y ya no habría
modo de conseguir ninguno más. El granjero había matado a la gallina que los
producía.
Sugiero que en esa fábula hay una ley natural, un
principio: la definición básica de la efectividad. La mayoría de las personas
ven la efectividad desde el paradigma de los huevos de oro: cuanto más se
produce, cuanto más se hace, más efectivo se es. Pero, como muestra el relato,
la verdadera efectividad está en función de dos cosas: lo que se produce (los
huevos de oro) y los medios o bienes de producción y la capacidad para producir
(la gallina).
Si uno adopta un modelo de vida centrado en los huevos de
oro y se olvida de la gallina, pronto se encontrará sin los medios que producen
los huevos. Por otra parte, si uno se limita a cuidar de la gallina sin recoger
los huevos de oro, pronto se encontrará sin dinero para alimentarse a sí mismo
o alimentar al ave.
La efectividad reside en el equilibrio, en lo que denomino
el equilibrio P/CP. «P» es la producción de los resultados deseados, los huevos
de oro. «CP» es la capacidad de producción, la aptitud o el medio que produce
los huevos de oro.
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